Hace unos días El País publicaba un artículo asegurando que con la pornografía había aumentado el machismo y las conductas violentas entre jóvenes. Según un estudio de Protégeles, más de la mitad de los adolescentes entre 14 y 17 años ha visto porno en Internet.
Los expertos aseguran que es un error dejar a criterio de cada centro escolar la educación sexual de los menores. La media actual para perder la virginidad en España está en los 17 años, pero cada vez los jóvenes son más prematuros. El problema no es perder la virginidad a una edad temprana, sino que ésta vaya ligada a «si no lo hacemos lo vamos a tener que dejar», es decir, a una coacción.
Según un estudio del Ministerio de Sanidad, en 2013, el 23% de las chicas reconocía haber recibido insultos, casi el doble que en 2010. Además, hubo 327 procesos judiciales por violencia machista entre adolescentes en España.
La falta de educación sexual está generando sus consecuencias. Que los jóvenes vean pornografía para ‘enterarse de como va’ provoca, en muchos casos, que las expectativas sexuales sean, por lo menos, improbables, que sea prácticamente obligatorio tener las partes depiladas (al menos las mujeres) y que cuanto más chulesco y agresivo sea el chico más ‘guay’ le parecerá a las chicas (este último es tan culpa de ellos como de ellas).
Esa chulería que puede parecer tan divertida y atractiva en un principio se transforma en un martirio para la otra parte, en un laberinto difícil de salir, en una sumisión contínua que se convierte en el germen de futuros casos de violencia de género. Por ello es imprescindible que para evitarlo tanto padres como profesores eduquen sexualmente a sus hijos/alumnos, sin tabús. No obstante, parece que lo único que le preocupa al Gobierno es que si se imparte esta materia, aumentará el número de relaciones sexuales entre adolescentes.
Si quieres leer el artículo de El País, entra en este link:
http://politica.elpais.com/politica/2014/10/22/actualidad/1413971212_944564.html
Sal del maltrato 