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Cortometraje: el orden de las cosas

Este cortometraje español creado por Alenda Brothers en el año 2010 explica la historia de una mujer maltratada. Ya desde el inicio de la relación su marido, y padre de su hijo, le maltrataba tanto físicamente como psicológicamente. Miedo, es la palabra clave. En este vídeo se ve como la mujer esconde el cinturón de su marido en la bañera para que no le pegue con él. Y ni su propio hijo pudo abrirla los ojos. Pero HAY SALIDA. Hoy en día las mujeres maltratadas cuentan con el apoyo institucional, un apoyo incondicional que deben aprovechar. Si te maltratan una vez, no lo consientas, de cada vez será más continuo. Y nunca cambian.

Tipos de violencia

Cuando se habla de violencia de género no solo nos referimos a maltrato físico. En realidad, son cinco los tipos de maltrato. Y aunque es difícil que se den de forma aislada, generalmente nos encontramos con varios a la vez.

  • Físico: es el maltrato más evidente por las secuelas visibles que deja, y abarca cualquier acto no accidental que provoque daño en el cuerpo de la mujer: bofetadas, golpes, magulladuras, laceraciones, fracturas, quemaduras, etc. Aunque todavía hay mujeres que silencian esta situación, afortunadamente cada vez más se atreven a hablar de maltrato a pesar de la vergüenza que sienten o el temor a las posibles represalias del agresor.

  • Psicológica: este tipo de maltrato corresponde a aquellas conductas que emplean la desvalorización, la humillación, la coacción o el miedo como vehículo de la agresión. Son las amenazas, las exigencias de obediencia, la culpabilización, la descalificación, etc. Los insultos incesantes y la tiranía que constituye el maltrato emocional puede llegar a ser más destructivo que incluso los ataques físicos, puesto que socavan eficazmente la seguridad y la confianza de la mujer en sí misma.

  • Sexual: se considera una agresión sexual toda situación en la que se obligue a una mujer a mantener cualquier tipo de relación sexual no considerada o que implique comportamientos sexuales impuestos contra su voluntad: exhibicionismo, palabras obscenas, tocamientos, caricias, etc.

  • Social: una táctica habitual de los maltratadores consiste en controlar todos los movimientos de la mujer, tanto dentro como fuera del hogar. Poco a poco la aísla de la familia y de las amistades, llegando incluso a prohibir que mantenga con estas cualquier tipo de contacto.

  • Económica: el control del dinero y de los bienes es otra de las “herramientas” utilizadas por los maltratadores. Aunque la víctima sea económicamente independiente, se le impide tener acceso directo a su dinero. También se recurre a la destrucción o privación de toda propiedad (inmueble, vehículos, etc). E incluso se le impide trabajar o se le obliga a dejar de trabajar para eliminar cualquier fuente de ingresos.

Información: Institut Balear de la Dona

ABUSOgde

«Es muy frustrante extender la mano a una persona y que te la pise para coger la mano de su maltratador»

X, dieciocho años. Esta joven dominicana vivió cómo maltrataban a su hermana mayor con solo nueve años. Una circunstancia que hizo, de su vida, un caos. La preocupación, el miedo y el deseo de que aquella pesadilla acabara recorrían su cuerpo. Hemos hablado de cómo lo viven las mujeres maltratadas, pero la familia es otra de las piezas fundamentales en este puzzle. Ahora, esta dominicana, que vive en Palma de Mallorca, estudia con el objetivo de no repetir conductas y ser una chica independiente.

P- ¿Cómo te enteraste de que tu hermana estaba siendo maltratada?

R- Ya desde hacía varios meses sospechaba que le maltrataban porque el comportamiento de mi familia era un poco extraño. Yo solo tenía 9 años. Hasta que un día mi hermana llegó a mi casa llorando y muy asustada. Tenía golpes por toda la espalda. Al parecer, su pareja le había pegado con una correa. En aquel momento todos lo sabíamos menos mi madre, que se encontraba trabajando en España. Pero llegó un momento que la situación se descontroló y tuvimos que contárselo. Él consumía droga, y mientras más consumía, más pegaba a mi hermana.

P- ¿Desde cuándo tu hermana estaba siendo maltratada?

R- Pues se ve que llevaba mucho tiempo, más de dos años. Primero ella no decía nada porque no quería que mi familia se pusiera en contra de él. Y una vez que todos lo sabíamos, fue su pareja el que le separó de la familia y no permitía que tuviera contacto con nosotros.

P- ¿Y cómo lo viviste tú, contabas con el apoyo de alguien?

R- En mi casa ese tema se hizo muy importante, ya nadie se callaba nada y todos nos apoyábamos los unos a los otros. Hablábamos constantemente de ello y buscábamos alguna solución. El problema era que mi hermana no se dejaba ayudar.

P- ¿Cuándo fue la vez que peor lo llevaste, recordemos que solo tenías 9 años?

R- Una vez que él vino a mi casa y quería matar a mi hermana ahí dentro. Él había pegado a mi hermana porque no le había conseguido dinero para la droga y no le quería devolver a la niña. Al final, nosotros pudimos quitarle a la niña pero se puso histérico y vino con un machete a mi casa y rompió todos los cristales, pegó puñetazos a la puerta, tiró gasolina para prender la casa, tiró piedras… hasta que vinieron los vecinos y la policía. En ese momento, mi hermana lloraba, muerta de miedo, no sabía que hacer. No quería que le hicieran daño a su pareja, pero tampoco a su familia. Y por otro lado, mi abuela estaba sangrando del brazo porque un cristal le había dado.

Después él se fue corriendo, y cuando volvió nos juró que nos iba a quemar a todos dentro de la casa. Desde esa noche, no dormimos nunca más tranquilos. Estuvimos más de un mes haciendo guardias por las noches para que no nos hiciera nada. En ese momento, mi hermana no estaba con él porque nosotros no le dejábamos que tuvieran contacto alguno.

P- ¿Después de todo esto, tu hermana continuó con él?

R- Sí, claro. Él siempre encontraba la forma de comunicarse con ella y le hacía irse con ella. Los recursos que utilizaba era o llamar en las horas que sabía que no había nadie en casa (al medio día cuando mi abuela dormía) o mandaba a alguien a llamar. Me acuerdo una mañana que él me cogió cuando salía de la escuela. Me paró y me dijo: dile a tu hermana que me busque dinero, que ella sabe que me tiene que buscar dinero y si no me lo consigue, te voy a matar a ti. El miedo recorrió mi cuerpo. A partir de ahí, empezaron a llevarme a la escuela y a recogerme cada día. No quería salir sola a la calle, me daba pánico.

P- ¿ Cómo le sentó a la familia que tu hermana volviera con esta persona?

R- Pues fatal, imagínate. Con todo el esfuerzo que nosotros habíamos hecho por ella, habíamos tenido muchos problemas, mi abuela se había enfermado aún más por la preocupación que esto le había supuesto. Ella decía que lo iba a dejar, venía a casa llorando para que le apoyáramos y después volvía con él. Bastaba que él viniera a buscarla que ella rápidamente se iba con él.

P- ¿Lo denunciasteis alguna vez?

R- Sí. Como mi hermana siempre acababa volviendo con él, la última vez lo denunciamos por el maltrato que le había hecho a mi abuela y por las amenazas a toda la familia. Y le pusieron una orden de alejamiento. Pero todo esto por parte de la familia porque ella no se dejaba. Y teníamos tanta miedo hasta el punto que contratamos a una chica que estuviera interna para que cuidara de mi abuela y de mi, mientras los otros trabajaban. Entretanto, mi hermana continuaba con él y era mi madre quien mantenía a su hija.

P- ¿Qué tipo de maltrato sufría tu hermana, solo físico o también psicológico?

R- Los dos. A parte de pegarle también le insultaba, le amenazaba y le obligó a prostituirse para conseguirle dinero para la droga. Además, si mi hermana le decía que la niña necesitaba leche, él le decía: ¡no, la niña no come!

Y después, hasta que ella no le conseguía la cantidad que él pedía, no le devolvía a la niña. Era su manera de amenazarla. Él alomejor tenía a la niña sin comer todo el día y cuando ella volvía de prostituirse tenía que ir a casa de sus suegros a pedir leche para el bebé. También tengo constancia que cuando él se iba de casa a drogarse o a buscar otras mujeres, encerraba a mi hermana y a la niña con un candado para que no pudieran salir. Esto ha propiciado que la niña sea una antisocial. Hoy en día, la niña tiene 7 años y no sabe relacionarse con los niños, es muy solitaria.

P- ¿Qué argumentos utilizaba tu hermana para justificar que seguía con él?

R- Es que llegó un punto que ella le tenía pánico. Yo se que si sigo lejos de él me va a matar, nos decía mi hermana. Ella decía que le quería, que era el padre de su hija y que no quería estar en esa situación. Por ello, se mudaban constantemente, en busca de tranquilidad, de que él cambiara. Algo que nunca pasó, ya que el fallo no era el ambiente sino él. Al ser drogaticto, intentó muchas veces dejar la adicción, pero siempre volvía a caer (dice con voz quebrada). Mi hermana se quedó muy demacrada, no comía ni podía descansar.

P- ¿Crees que tu hermana fue egoísta?

R- Sí (contesta muy convencida). Egoísta porque no pensó en su hija. A lo mejor ella lo hacía pensando que era un bien, pero seguro que si ella hubiera actuado con firmeza, cuando nosotros decidimos apoyarla y denunciar, si ella no hubiera vuelto, entonces habría evitado el sufrimiento de la niña y el nuestro. Si mi hermana quería sufrir, pues que hubiera seguido sufriendo, pero nosotros no teníamos por qué pasarlo mal. Ella en ningún momento pensó en nosotros, en mi madre. Y lo peor de todo, es que hizo todo esto porque lo quería, porque era el chico que le gustaba. Y a ella, eso, era lo único que le importaba.

P- ¿De qué manera te ha repercutido en tu vida vivir ese tipo de situaciones?

R- Pues he tenido que madurar antes de tiempo. Nunca he podido ser una niña. Con nueve años me enteré de que mi hermana estaba siendo maltratada y, desde ahí, mi vida cambió. Yo veía como mi familia se destruía y no podía hacer nada. Mi madre entró en depresión y no quería hablar conmigo por teléfono porque solo lloraba, mi abuela se enfermó mucho más, cosas que yo me callaba pero que me dolían profundamente. Toda mi familia estaba pendiente de mi hermana y su hija, como es normal, pero yo en ocasiones eché en falta ese cariño familiar, más apoyo, que alguien se preocupara por mi.

P- ¿Crees que fuiste víctima de ese maltrato?

R- Pues claro, desde el momento en que me enteré. Siempre intenté ayudarla pero no se dejaba. Y aunque era a ella que pegaba o insultaba, tanto a mi como a mi familia también nos amenazaba. Y desde el momento en el que te posicionas, ya estas entrando en su juego. Al final, de alguna manera nos convertimos en sus enemigos porque nosotros no queremos que esté con esa persona que le hace daño. Es muy frustrante extender la mano a una persona, y que te la pise para coger la mano de su maltratador. Aún así, el amor a una hermana es incondicional y volvería a hacerlo.

«Empezó a insultarme muy a menudo, como si fuese algo rutinario»

X (1992, Palma) es una joven, estudiante de derecho, que lleva tres años con su actual pareja. Al año de estar juntos empezó a sospechar de que su novio, de 23 años, estaba maltratándola psicológicamente. Generalmente los jóvenes no se percatan de ello y asocian erróneamente la violencia de género solo con la violencia física. Manteniéndolo en secreto, esta joven mallorquina lucha por salir de esta pesadilla.

P: ¿Cómo te diste cuenta de que sufrías violencia de género?

R: Me di cuenta cuando empezó a insultarme muy a menudo, como si fuese algo rutinario. Estaba asustada y comencé a informarme sobre esos temas hasta ver que se trataba de violencia de género. Además, este comportamiento me resultaba muy extraño porque yo en mi casa nunca he vivido eso. Tanto mi padre como mi madre nunca se han faltado al respeto y siempre han intentado educarme para ser independiente y no dejarme faltar por mi pareja.

P: ¿Cuándo te diste cuenta de ello?

R: Me di cuenta al primer año de estar con él aunque realmente no lo asimilé y me intentaba autoconvencer de que aquello no me estaba ocurriendo. Es casi imposible imaginarse que te está sucediendo a ti (se queda pensativa). Por ello, lo negué durante mucho tiempo y no lo acepté hasta hace poco cuando el psicólogo de mi novio me lo dijo.

P: ¿De qué manera te está maltratando?

R: Me controla mis amistades, mis estudios, me insulta, me humilla, me amenaza… Me hace sentir culpable, todo lo que viene siendo maltrato psicológico. De hecho, también me controla los horarios. Y es que no puedo llegar más tarde de las 10 de la noche a mi casa.

P: ¿Estás haciendo algo para remediarlo?, ¿has pensado en dejarle?

R: Sí, y lo estoy haciendo (afirma con seguridad). El primer paso ha sido que él se ha dado cuenta de que me maltrata y lo hemos hablado. Además, ahora acude a un psicólogo para intentar cambiarlo. Y sí, me he planteado dejarle (dice con la voz quebrada), pero por ahora no quiero. Si lo hago sería el primer paso para contar que he sido maltratada y no me gustaría que la gente de mi entorno lo supiera.

P: ¿Cuentas con el apoyo de alguien?, ¿qué gente de tú entorno lo sabe?

R: No cuento con el apoyo de nadie porque no se lo he contado a nadie. No es fácil decirle a tus padres que su hija se deja maltratar, ni contarle a tus hermanos lo que te hacen o incluso a tus amigas que les tienes más confianza. Y no lo es porque sé que todos me juzgarían. Nadie sabe por lo que pasas y lo que es verdaderamente ser maltratada. Sé que me dirían que le dejara o le denunciara y me mirarían con cara de pena. Me avergüenza el saber que yo lo soy y que he fracasado como persona, como hija y a mí misma No me siento con derecho de pedirle respeto a mi pareja cuando ni yo me respeto. Realmente los únicos que lo saben son sus padres, e incluso su madre me aconseja que lo deje porque me asegura que esa es la vida que me espera con él.

P: ¿Te da vergüenza que los demás sepan que estás sufriendo maltrato? ¿Crees que influyen los estereotipos que hay sobre la violencia de género o sobre el agresor?

R: Sí que me avergüenza y mucho, pero no creo que me influyan los estereotipos sino que soy más bien yo misma. Aunque parezca que hoy en día se sabe mucho de maltrato realmente no se sabe nada. Se creen que una mujer maltratada es una mujer sumisa y yo no soy para nada ese estereotipo de mujer maltratada que la gente cree. Todas las mujeres por fuertes que seamos podemos caer en el maltrato. Tampoco creo que haya un estereotipo de ello, cualquiera puede serlo. Hay una línea muy fina entre lo que una persona puede hacer o decir y lo que no y esa línea la puede cruzar cualquiera.

P: ¿Tiene tú novio algún problema con las drogas, el alcohol o el dinero?

R: Sí, tiene problemas con las drogas. La gente cree que fumar porros no afecta y no se dan cuenta de que es un problema grave. Si eres una persona drogodependiente, cambian tus impulsos y actitudes. Tanto es así, que incluso cruzas la línea y te conviertes en un maltratador, que ni tu mismo puedes controlar. Creo que el gran problema de los jóvenes es que consumen mucha droga y no son conscientes de todos los efectos negativos que ello conlleva.

P: ¿Hay un estereotipo de víctima?

R: Creo que no. Todas podemos ser maltratadas. Yo misma era de las que decía: “a mi en la vida me pisará un hombre” La cuestión es darse cuenta a tiempo y pararlo, pero sobre todo, que nunca se nos olvide querernos a nosotras mismas. Pero la realidad en ocasiones varía . Y realmente cuando te ocurre, estas palabras ni se recuerdan ni mucho menos se cumplen.

P: ¿Crees que es posible que los mitos sobre la violencia de género desaparezcan?

R: Claro que es posible. Con más información podrían desaparecer. Todo es posible y nunca debemos olvidar que los extremos son malos, tanto el machismo para los hombres como el feminismo para las mujeres porque realmente a nosotras, las mujeres maltratadas, tanto el uno como el otro nos está haciendo mucho daño y son parte de estos estereotipos.

P: ¿Qué aconsejas a las demás jóvenes que están en tu situación y no saben que hacer?

R: Que no tengan miedo, que se puede salir y que hablen con alguien aunque no le conozcan, pero que se desahoguen. Somos muy jóvenes, hay que ser fuertes y mirar por una misma. Tenemos dos caminos a elegir: una vida entera sometida o una vida feliz. Pienso que, sobre todo, es muy importante educarse ahora que estamos a tiempo para poder ser independientes y controlar nuestro futuro.